Durante estos años, pensaba que lo que
había fallado en España eran los Órganos de Control, Estado, Autonomías,
Autoridades Provinciales, Policía, Justicia, y demás, pero estaba equivocado,
porque no me había dado cuenta de que ya estaban podridos al haber sido
politizados, ya no podían controlar a sus amos. Así pues carne y jugo español
estaban servidos a la mesa, y los sinvergüenzas se arrojaron como depredadores
sobre las tiernas carnes, para devorar su fuerza, los Órganos de control si
controlaron pero para reclamar su parte de la pieza. Así hemos visto desfilar
todas las partes implicadas ante la mirada sorprendida del españolito
atemorizado. La repetición continuada y el expolio se han ido sucediendo con un
ritmo que nos ha inducido a quedar hipnotizados.
Así en esta situación fue quedando mi
pueblo, que como recién nacido a una nueva movida de supuesta riqueza fue atado
con una estaca de madera, como un borrico, te amarro por tu bien, “déjame hacer
que yo sé lo que hago” y así un pueblo entero se durmió pensando que se
levantaría rico, pero no, se fue haciendo mayor y creció, pero atado a la
estaca, nunca se dio cuenta de que se había acostumbrado a ella, sin percibir
que su tamaño y su fuerza le permitían pegar un tirón y ser libre, pero sus
pobladores estacados, se fueron conformando con migajas con los desperdicios de
los Costureros, sus amos.
Un pobre ratón que andaba por allí les
hacía saber que vivían engañados, que las riquezas se las habían repartido y
sólo les pertenecía la estaca, pero se conformaban con las sobras caídas de las
abundantes mesas. Así llegaron a situaciones de extremo vicio, y a los viejos
costureros, se les unieron los nuevos costureros y ya se preparan los
costurerillos, para entrar a saco en el reparto.
Cómo me recuerda esto a lo que pasa en
Zurgena ahora, cuando las factorías PP-PA-PSOE
se juntan en el Ay Untamiento para repartir a sus cofrades los jornales
agrarios, y los sobrantes se los venden a otros pueblos como Cuevas,
Huércal-Overa, Arboleas, mientras que otros no vinculados a estas franquicias
costureras nos sorbemos los mocos de la miseria, trece años sin un jornal, para
quién dio su vida por los demás al servicio honrado de su pueblo. No son
personas los dirigentes locales, son zombis al servicio de los vicios de lujuria
y codicia.
Pero Zurgena sigue amarrada a la
estaquita de madera, ni ven que ya ni siquiera está amarrada, ni ven que ni
siquiera tienen cadenas.
Las únicas cadenas de Zurgena son su
derrota sin haber luchado.
Lo que podría haber sido un boom, se ha quedado en implosión controlada
para beneficio del propio clan.
Un nuevo orden, llamado auto sistema de
enriquecimiento costureril, construido sobre una mayoría comprada, y una
oposición que incapaz de ofrecer una alternativa real, de pensar siquiera, se
hicieron más costureros que los del sistema. Estas gentes han pasado a
delimitar en Zurgena, lo ortodoxo de lo heterodoxo, lo legal de lo ilegal, en
fin lo conveniente de lo contrario, verdades que mi encadenado pueblo ha comido
como cebollas. No ha crecido una clase empresarial, tan sólo han podido medrar
los cortesanos, los arribistas, acostumbrados a recoger con preferencia las
migajas del poder local, como sucediera con los circunflejos zapateros, otras
clases sociales con menos poder económico han copiado los vicios, las malas
formas, han cambiado los letreros en Zurgena, mejor han desaparecido, tan sólo
uno bien grande que empieza por “MIER...DA”
Cómo puedo explicar a nadie, que este
es el mismo pueblo que un día compró su libertad, trabajando para prosperar e
invirtiendo en libertad y honra.